La noche del jueves se presentó un espacio de exposición fuera de lo acostumbrado en la ciudad de Cúcuta.
Eran las 7:00 p.m. y la cortina negra de la casa va-cía se abre para permitir el ingreso a la exposición de Freddy Saúl Serrano, un joven bumangués que nunca había pasado por nuestra ciudad y quedó maravillado al punto de comprender la relación de los colombianos con los venezolanos.
El intercambio cultural y las costumbres son detalles que el resaltan siempre en las obras nortesantandereanas.
Por otro lado su trabajo refleja su imaginación, el mundo de sueños que le permite mirar la realidad desde otro ángulo. Refleja críticamente algunas situaciones que se sirven en la mesa de nuestra sociedad contemporánea. Su obra es una representación de la paciencia y el detalle.
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